Vargas destacó que "tuvimos la suerte que a media cuadra está Activa y rápidamente activaron el protocolo de saneamiento del personal con agua mineral y recambio de equipos de respiración".
Explicó que pasadas las horas cuando se hizo reconocimiento de equipo en los cuarteles, un bombero del destacamento San Francisco sentía un calambre en el estómago. El personal de Activa lo revisó y al mediodía lo llevaron al HPR, el examen de sangre no le dio bien por alguna causa, estiman que pudo haber sido por un golpe de adrenalina o puede estar relacionado con alguna afección de un riñón, por lo que quedó internado en observación.
Explicó que pueden ocurrir este tipo de hechos hasta 24 horas después de un incendio. "Son cosas que pasan, son parte del juego de la profesión que uno ha elegido, son riesgos que uno corre, por ahí no lo mide en el momento por el estado de nerviosismo y adrenalina". Además informó que la familia del domicilio perdió dos mascotas en el lugar. Cuando llegaron les informaron que habían trasladado a una mujer al hospital, descompensada, pero no pasó a mayores.
Consideró que se actuó bien y dijo estar contento con el profesionalismo, al tiempo que señaló que el ataque fue eficiente. Destacó la dificultad de este tipo de intervenciones, con incendios complejos de estructuras antiguas y alta carga de combustible.
Por la envargadura del siniestro se desplazaron unas 5 unidades y se solicitó colaboración de agua a Melipal, que asistió con tres unidades más. Precisó que las tareas de extinción llevaron unas 3 horas y la intervención fue compleja porque los edificios son medianeras sin pulmones. El incendio se desarralloba en una construcción de madera hacia adentro del terreno.
El 90 por ciento era revestido en madera y un cortocircuito originó el fuego, que se desplazó rápidamente a pesar del intento del hijo de la propietaria de sofocarlo con un extintor. "El riesgo eléctrico en este tipo de construcción hace que el fuego trabaje rápido y el viento soplaba fuerte por la parte de atrás por lo que facilitó la propagación", indicó. Costó ingresar al foco ígneo pero "logramos detenerlo, se fue por el conducto de la escalera hacia arriba, hay 4 departamentos de la misma familia subdivididos".
Lograron contenerlo pasados 45 minutos a una hora para comenzar con la extinción. Al realizar una evalaución de los daños estimó que afectó casi el 90 por ciento de la estructura total, "hay que ver cómo quedó la estructura, el interior prácticamente quedó destruido".
Vargas destacó que lograron contenerlo y que no tomara todo el techo. El peligro de propagación era inminente hacia la empresa Camuzzi y el hostel y "ahí se hubiera complicado un poco más".
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