Se acerca la máxima cita del deporte mundial. La capital francesa se prepara para una fiesta espectacular. El programa "Busca2" continúa buscando valiosos testimonios de argentinos que han tenido la maravillosa posibilidad de representar al país en diferentes deportes. Aquí compartimos la charla con Sergio "Cachito" Vigil, el histórico entrenador de "Las Leonas". De su mano, el seleccionado argentino de hockey femenino consiguió la medalla de Plata en Sidney 2000 y la de Bronce en Atenas 2004. En el medio de esos torneos, logró el título en el Mundial 2002 en Perth.
Vigil sostuvo que "era un equipo que tenía muchísimo talento. No solo me refiero a talento físico natural sino también al talento humano. Se juntó un grupo en donde todos eran seres aprendices. Tenían hambre, convicción y confianza. Confiábamos en que juntos lo podíamos lograr. No era nada fácil el camino pero teníamos más ganas que nadie. Contamos con un grupo increíble de jugadoras. Y el cuerpo técnico era de excelencia".
Posteriormente agregó que "después de perder la final con Australia en el juego Olímpico de Sidney, empezamos a ganar el campeonato del mundo. Australia era un equipo casi imbatible. Siento que si la final de Sidney hubiese sido un tiempo después estábamos en condiciones de ganarla. Pasó que todavía había que terminar de creerse el cuento. Creímos el cuento de que podíamos llegar al podio olímpico. Faltaba una vueltita más. Creer que le podíamos ganar al equipo que parecía imbatible en el mundo. Gracias a todo lo que aprendimos de la final de Sidney nos quedó la sensación de que habíamos hecho un recorrido enorme pero queríamos ganar. Y fuimos a ganar el oro en el mundial del 2002. Esos dos años fueron de mucho trabajo y mucho convencimiento. También hubo mucho aprendizaje".
Indicó que "cuando ganamos la Copa del Mundo fue un hockey perfecto. En Sidney fue un hockey que emocionó. En el mundial, el equipo deslumbró por su juego y siguió emocionando". .
Remarcó que "dirigir a Luciana Aymar fue una bendición. Era dirigir a una deportista que de por sí se convertiría en la mejor jugadora del mundo si los entrenadores no cometíamos errores para cambiar esa posibilidad. Que Luciana sea la mejor jugadora del planeta solo podía no darse si nosotros como staff reprimíamos algo natural que ella tuviese. Y después había otro desafío. Una vez que ocurriera su expansión natural había que desafiarla a que pueda ser la mejor deportista del planeta del hockey. Lo de deportista tiene que ver con la unión de lo técnico, lo físico y lo humano. ¿Cómo fue dirigirla? Muy fácil. Luciana terminó siendo la mejor deportista por la humildad que tenía y por la confianza que depositaba en su staff y en sus compañeras. Su espíritu aprendiz era diario. Lo que hacía Luciana adentro de la cancha era deporte y arte. Yo la quiero con todo mi corazón. Le agradezco a la vida que me haya cruzado con Luciana".
Expresó que "me dolió un montón tener que tomar la decisión de no continuar con el equipo. No se trató de cansancio. Cansado no estoy nunca. Si hubiese sido desde el ego personal, no hubiese terminado nunca. Hubiese seguido toda la vida. Pero para que un equipo pueda crecer y se puedan dar estadíos de evolución, debe haber cambios. Es importante tener una cara diferente. Es importante que el sistema tenga nuevas personas. De esa manera, el sistema se expande. Y crece en su totalidad. Un sistema no crece cuando están las mismas personas".
Con respecto a los Juegos Olímpicos que se vienen, aseguró que "soy un apasionado del deporte. Voy a ver todo. Soy una apasionado de lo que le pasa a la persona que juega sus partidos de la vida. En el Juego Olímpico se ven todas las situaciones, todos los contextos y todas las características. Voy a mirar todo aunque por supuesto habrá un lugarcito especial para el hockey. Y tengamos fe. Creo que vamos a tener nuestra segunda medalla de oro olímpica".
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