Se cumplieron 66 años del convenio que creó el Instituto Balseiro

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El 22 de abril de 1955 se firmaba el convenio entre la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo que dio inicio a un proyecto que en 2021 cumple 66 años: el Instituto Balseiro. En esta misma fecha, en todo el mundo se celebra el “Día internacional de la Tierra”.

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Las autoridades de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) sellaban su nuevo proyecto en un convenio interinstitucional el 22 de abril de 1955. Así, comenzaría a “rodar” una idea que, 66 años después, incluye 11 carreras de física e ingeniería que reúnen, a la vez, tradición e innovación. Y que resisten dificultades y obstáculos, como la pandemia de COVID-19.

“Estamos muy contentos de festejar los 66 años de creación del IB. el pasado año fue muy complejo con la pandemia de COVID, pero con un gran esfuerzo e inteligencia de toda la comunidad IB y gran apoyo de CNEA y UNCUYO hemos logrado cerrar el 2020 al día, con todas las graduaciones planificadas para el 2020 completas”, dijo Mariano Cantero, director del Instituto Balseiro e ingeniero nuclear egresado y docente de esta institución.

“Haber podido mantener el Instituto Balseiro en pleno funcionamiento durante esta pandemia es una forma de honrar esta institución que ha sido y es central para el desarrollos de las actividades del Centro Atómico Bariloche y de la CNEA, posiblemente la mayor fábrica de empresas de tecnología que tiene el país”, agregó el Doctor en Ingeniería.

El inicio de un sueño

José Antonio Balseiro fue el principal impulsor del convenio entre ambas instituciones y quién concretó la idea. Físico cordobés nacido en 1919, fue becado por la Universidad Nacional de Córdoba para estudiar en la Universidad Nacional de La Plata donde se doctoró dirigido por Guido Beck. Ya como investigador, en el Observatorio Astronómico de Córdoba, tuvo como principales mentores a Enrique Gaviola, mendocino, y Guido Beck, de origen checoslovaco.

Balseiro viajó en 1950, con beca del gobierno británico, a continuar con su formación en la Universidad de Manchester, Reino Unido, en temas de física nuclear. Y de allí, en 1952, debió regresar a Argentina, convocado por el gobierno argentino, para presidir la comisión fiscalizadora que visitó la Isla Huemul para evaluar el proyecto fallido de fusión nuclear que era dirigido por Ronald Richter.

Luego de un capítulo de la historia de la ciencia que ya tiene varios libros, documentales y que aún está a la espera de una película, esto es, luego del desmantelamiento del proyecto de la Isla Huemul ante la falta de evidencias de resultados, el joven cordobés logró argumentar la importancia de crear recursos humanos de excelencia en temáticas de física nuclear en Argentina aprovechando parte de las instalaciones y del equipamiento que había dejado Richter en Bariloche.

Su colega y mentor Enrique Gaviola había presentado en la década de 1940 un proyecto de una institución educativa privada para formar físicos en Argentina, y Balseiro y Gaviola unieron esfuerzos para presentar un proyecto ante CNEA y UNCUYO.

No obstante, Gaviola luego decidió apartarse de la creación del nuevo instituto de física, que tenía varias características distintas a las que él proponía. Balseiro, que fue más flexible, aceptó condiciones y modificaciones. Así, siguió adelante con las negociaciones y el 22 de abril de 1955 logró algo que quedaría en la historia: la firma del acuerdo de creación del Instituto de Física de Bariloche, hoy llamado “Instituto Balseiro”.

Sesenta y seis años después, el Instituto Balseiro ofrece carreras de grado y de posgrado, en ciencias físicas y física médica, e ingenierías: mecánica, nuclear, en telecomunicaciones. Al igual que en sus inicios, existe un examen de ingreso y los y las estudiantes seleccionados/as reciben becas de la CNEA para dedicarse de forma exclusiva al estudio.

El próximo 1 de agosto será el aniversario del primer día de clases, que es cuando la mayoría de los integrantes de esta comunidad académica consideran que ocurre el aniversario del nacimiento de la institución. Y en diciembre se reunirán, si la actual pandemia de COVID-19 lo permite, sus ex alumnos como siempre lo hacen cada fin de año. Sin embargo, recordar la fecha de la firma del convenio no es menor. La gestión política, administrativa y académica conllevó esfuerzos, y lo sigue haciendo en la actualidad.

Cada 22 de abril también se celebra el “Día Internacional de la Tierra”. A pesar de no parecer días vinculados, hay una conexión entre esa fecha y la que se conmemora el Balseiro: en esta institución de educación pública se forma a profesionales de ingeniería y física que ya están ayudando a enfrentar grandes desafíos de la energía y de la administración de los recursos naturales del planeta Tierra. Un día para recordar la historia y pensar en el futuro.

Prensa Instituto Balseiro

24 abril, 2021
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