Matías Stany, vecino del barrio Playa Bonita, expresó su frustración en una entrevista con Engranaje de Radio Seis, donde denunció la falta de respuesta del presidente de la Junta Vecinal, Fernando Veliz, ante el pedido de reductores de velocidad.
La preocupación principal radica en la circulación de vehículos a alta velocidad en las calles del barrio, poniendo en riesgo a los niños que juegan en la zona o van caminando hacia las escuelas cercanas. “Soy padre de dos criaturas, de 9 y 11 años, y no es fácil quedarte tranquilo cuando vuelven solos de la escuela”, manifestó.
Según explicó Stany, su solicitud para la instalación de reductores de velocidad se enfoca en puntos críticos del barrio, como la colectora de la avenida Pioneros y la calle Centauro. “Tenemos la suerte de que últimamente el municipio ha pasado la máquina, lo que deja las calles en buen estado, pero también parece que eso genera la tentación de acelerar”, señaló.
Las arterias mencionadas son largas y conducen a establecimientos educativos como la Escuela 321 y la Escuela 123. La preocupación no es nueva para los vecinos: "En el pasado ya hubo un hecho grave, donde un vecino del barrio, por imprudencia al volante, terminó con la vida de un joven", recordó Stany.
A pesar de los múltiples intentos por gestionar la instalación de reductores, Stany explicó que el pedido se encuentra trabado debido a la burocracia administrativa. Según las normas municipales, es el presidente de la Junta Vecinal quien debe realizar la solicitud formal al municipio, situación que, según el denunciante, no avanzó.
“Ayer me acerqué a la Delegación Cerro Otto para ver si podía hacer algo, pero la respuesta fue que el único con poder para presentar una nota es el presidente de la junta”, explicó Stany. La falta de avances en este trámite formal incrementa la frustración entre los vecinos.
Stany reconoció también que tuvo entredichos con algunos vecinos del barrio al solicitarles que reduzcan la velocidad al circular. "Puede pasar que no te des cuenta, que estés con la rutina diaria y pases como venís, pero la primera respuesta siempre es negativa", lamentó. "Lo que indigna es la falta de educación vial que tenemos en Bariloche. Siempre parece que esperamos a que suceda algo para accionar."
El reclamo se basa en la necesidad de prevenir accidentes y proteger la seguridad de los niños que juegan y circulan por el barrio. Sin embargo, la espera continúa, mientras el proceso administrativo se mantiene estancado. "Yo sé que hay medidas institucionales que hay que cumplir, pero si no encontrás las formas ni a las personas que tienen que responder, es complicado."
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