La construcción de líderes creativos e innovadores forma parte de una de las premisas de las neurociencias aplicadas al desarrollo de equipos de trabajo. El especialista en neurociencias aplicadas al trabajo, motivación y desarrollo del personal, Gastón Morales, ofreció un seminario taller en Bariloche impulsado por el Colegio de Magistrados de Río Negro (CMFRN), la Federación Argentina de la Magistratura (FAM) y la Fundación San Cristóbal.
Esta actividad fue parte del Programa de Formación 2019 del CFMRN bajo el título “Neurociencia para líderes. El ADN de la innovación, la creatividad y el cambio”. La organización, a cargo de los magistrados Héctor Leguizamón Pondal y Bernardo Campana, replicaron la importancia de conocer los mecanismos cerebrales que pueden maximizar el desempeño individual y colectivo.
En su paso por la ciudad, Morales conversó con B2000 y ofreció algunas definiciones acerca de las neurociencias aplicadas en ámbitos de trabajo, una tendencia que se afianza en Latinoamérica y que ya ponen en práctica empresas de todo el mundo.
La búsqueda, dijo el consultor, comienza por la necesidad de generar equipos con mayores niveles de diversidad, donde se apela a la creatividad colectiva para la resolución de problemas. Es aquí donde las neurociencias analizan cómo mejorar los niveles de emocionalidad de las personas para que estén menos estresadas y así poder conectarse de mejor manera con un proyecto.
“Mi rol es hacer un puente entre el mundo científico y el mundo de los negocios”, describió Morales acerca de la gestión del estrés y las emociones negativas. En sus disertaciones se enfoca sobre los patrones dominantes de pensamiento que, al ocurrir en un nivel meta consciente, suelen no ser registrados y así, a través de comentarios o decisiones, perjudicar a un grupo de trabajo.
Para el especialista, existen dos elementos claves para lograr cambios profundos y efectivos: ganas y humildad. La primera de las definiciones permite que las personas se muestren permeables a nuevas ideas y la segunda para incorporar nuevos conceptos que puedan aportar los compañeros o colegas.
Hay estilos naturales que tienen una dominancia cerebral que hace que el pensamiento creativo fluya de una manera distinta. Pero aun así en otro estilo de pensamiento la creatividad también se puede desarrollar sensiblemente.
A diferencia de los esquemas tradicionales de trabajo, Morales propone pararse en la vereda de enfrente de los “sabelotodo”, a quienes define como personas bien preparadas para un mundo que ya no existe.
“Para no ser un líder sepia, un líder oxidado, un líder con prácticas de otros tiempos, lo primero que tengo que hacer es tener un registro consciente del impacto de mis decisiones y de mis acciones sobre los equipos que me toca liderar”, resumió.
El miedo es otro de los conceptos que utilizó para fundamentar un primer rechazo a los cambios. Para ello volvió sobre 500 millones de años de historia de la evolución y se refirió al cerebro primitivo que, junto al cerebro límbico, gestionan las emociones y están diseñados para detectar amenazas y no recompensas. Es por ello que, ante lo nuevo, el cerebro se pone en alerta frente a lo malo que puede suceder y así paralizar nuestras decisiones.
“Por eso las personas más innovadoras ante lo nuevo, ante la falta de certidumbre, ante la ambigüedad, no sienten temor, sino que lo gestionan y no se dejan paralizar”, comentó acerca de la solución que ofrece la neurociencia en respaldo de quienes deben tomar decisiones.
La innovación en el Estado
El seminario que dictó estuvo vinculado al impacto en la gestión judicial. Pero la estabilidad de esa gran estructura no le hizo bajar los brazos sino que propuso hacer hincapié en la creatividad para hacer las cosas de manera distinta y hacer algo nuevo que ofrezca valor.
“Necesitamos líderes, no importa la categoría, no importa la industria, no importa si es estatal o privada. Líderes con coraje moral y con un alto nivel de energía, que realmente se le levanten, se pongan los pantalones y salgan ahí afuera, a hacer lo que hay que hacer”, confió.
Morales descree de quienes dicen no ser creativos. Para él se trata de un mito y se ampara en el académico Clayton Christensen, quien asegura que, incorporando determinadas prácticas a la rutina diaria, se puede incrementar la creatividad entre un 20 y un 50 por ciento.
El futuro del pensamiento
“La neurociencia está a la espera de avances tecnológicos”, comentó acerca de los siguientes pasos que aguardan por obtener imágenes más precisas del cerebro y poder tener mayor resolución para comprender en detalle cada proceso del pensamiento humano.
Los últimos hallazgos de las neurociencias datan de hace 15 años aunque, a pesar de encontrarse en una línea tiempo no muy cercano, logró captar la atención de diversas ramas profesionales. “Creo que cada vez lo vas a escuchar más y más fuerte. En los próximos años va a ocupar enormemente parte de la escena”, vaticinó.
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