(Bariloche2000) - La causa por la muerte de Catalina Gutiérrez en Córdoba, que tiene al barilochense Néstor Soto como principal acusado, tomó un giro inesperado con la incorporación de la abogada Ángela Burgos, especialista en derecho penal. En diálogo con Radio Seis, Burgos cuestionó la estrategia inicial de la defensa y destacó la necesidad de reorientar el caso, planteando que el delito no corresponde a un femicidio.
“Ya soy la abogada del señor Soto hace cuatro días, encontrándome con una causa donde él no tuvo ni la más mínima defensa. A esto los abogados penalistas lo llamamos negligencia”, aseguró Burgos. Según explicó, la defensa anterior de Soto, a cargo de Gastón Schönfeld, dejó vacíos en el expediente y no exploró aspectos clave, tales como el estado psicológico del acusado. Schönfeld había presentado recientemente su renuncia a la causa, alegando “diferencias irreconciliables en la estrategia de defensa”.
Para Burgos, la figura de femicidio —entendida como el asesinato de una mujer por razones de género— no encaja en el caso de Gutiérrez, ya que, según ella, no hay elementos de violencia de género ni antecedentes de acoso o agresiones en la relación entre Soto y la víctima. “Este fue un caso muy particular, aquí estamos hablando de un homicidio donde el homicida confesó el crimen, pero no estamos hablando de un femicida”, afirmó Burgos. Resaltó que, según el expediente, “no existe ninguna denuncia por parte de ninguna mujer de Bariloche o de ningún lugar, contra Néstor. No tiene ni el más mínimo antecedente ni de acoso ni de violencia con mujeres”.
La nueva defensora también abordó la situación emocional y familiar del acusado. Explicó que Soto había pasado meses sin recibir visitas en la cárcel, lo que motivó el viaje de su madre y su abuela desde Bariloche para acompañarlo y escuchar su versión de los hechos. Para Burgos, la falta de un entorno familiar y de apoyo psicológico pudo haber influido en los hechos. “Nadie lo visitaba y Néstor no tenía la oportunidad de contar el lado de su historia, que es muy interesante”, indicó.
Además, la abogada sostuvo que el homicidio ocurrió durante un “brote psicótico” y señaló que el estado mental de Soto fue advertido previamente por su madre, quien pidió ayuda profesional para él. “Diez días antes, la madre de Néstor pidió al Comité Médico Académico de la Universidad Nacional de Córdoba que necesitaba el acompañamiento psicológico de su hijo, porque lo veía con cuadros de estrés gravísimo”, afirmó, aclarando que dicha solicitud fue certificada por escribanos. En su opinión, “la defensa que él tenía no se sentó a hablar con la familia y averiguar, porque para eso nos pagan a los abogados penalistas”.
En referencia a la acusación de femicidio, Burgos advirtió que el uso incorrecto del término puede debilitar su impacto. “El derecho penal va de la mano con la evolución social, no es un derecho que se queda quieto. Si nosotros no cuidamos la figura del femicidio, en unos años va a perder fuerza”, aseguró. Según la defensora, para que un delito sea considerado femicidio debe haber elementos de sometimiento o desigualdad de poder, algo que, en este caso, no está presente. “Los homicidios que un hombre comete contra una mujer no se investigan a fondo. Hay un homicidio porque él lo confesó, pero no existe una figura de femicidio”, agregó.
En un punto que generó polémica, Burgos planteó que el femicidio también puede ser cometido entre personas del mismo género, sosteniendo que el concepto trasciende el género del agresor y la víctima. “Puede haber femicidio en una pareja del mismo sexo, si una mujer mata a otra, también hay femicidio porque tiene que ver con el sometimiento”, afirmó. Esta postura reabre el debate en torno a la interpretación del término, acuñado en la década de 1970 por la académica Diana Russell para visibilizar la opresión y violencia sistemática contra las mujeres en manos de hombres. Según algunos sectores, expandir la figura de femicidio para incluir otros casos podría diluir su significado original, que busca visibilizar y combatir específicamente la violencia de género ejercida por hombres hacia mujeres.
Burgos también mencionó que pedirá nuevamente el peritaje del teléfono de Soto y solicitará una pericia psicológica. Argumentó que “al día de la fecha y desde el 2022, no tiene con Catalina ninguna conversación ni lo más mínima de carácter sexual, ni por parte de Néstor ni por parte de Catalina”, desestimando así las teorías sobre un posible vínculo sentimental entre ambos. “La violencia de género y los femicidios tienen que cuidarse también”, concluyó.
Comentar