El deseo por compartir sus experiencias llevó a un grupo de voluntarios de una iglesia a organizar recorridas diarias por el puente Chaco-Corrientes, un lugar que se convirtió en un punto de referencia porque hasta allí llegaban quienes decidían quitarse la vida.
“Esto nace de la fe que tenemos nosotros”, confió Gustavo Almirón fundador del grupo Los Ángeles del Puente, integrado por feligreses que habían creado un espacio de oración las 24 horas del día y con ello la posibilidad de mantener abiertas las puertas de su iglesia en la capital correntina.
En diálogo con Radio Seis recordó aquellos primeros pasos en los que repartían sus contactos por la ciudad. Fue así que se encontraron con una situación muy habitual: las problemáticas vinculadas a la salud mental, la familia y los intentos de suicidio. “El no hablar no quiere decir que no suceda”, advierte acerca de una temática pocas veces abordada pero que tras la pandemia de Covid-19 se transformó en un tema de conversación y abordaje profesional.
Sin embargo el punto de quiebre fue aquel que sucedió a pocas cuadras de la iglesia. Un joven había decidido terminar con su vida en una plaza. Allí comprendieron que la problemática no era una más y los datos oficiales confirmaban su presunción. Para septiembre de 2022 la ciudad ya tenía más muertes por suicidios que por accidentes de tránsito.
El año pasado Gustavo decidió meterse de lleno y acercar una solución a tamaña problemática. Junto a su esposa, Rocío Telechea, identificaron al puente como un lugar frecuentado por personas que no encontraban una salida, analizaron la franja horaria en los que se presentaban la mayoría de los casos y dieron el primer paso.
En la actualidad, a poco más de seis meses de haber comenzado, lograron reunir a unos 500 ángeles del puente y celebran haber rescatado a 61 personas que fueron escuchadas y luego acompañadas por un equipo de profesionales.
Rocío también habló del impacto que genera esta tarea voluntaria y agradece a Dios por la sabiduría para abordar cada momento. “Nos vamos nutriendo y aprendiendo de cada uno porque siempre son experiencias distintas”, agregó acerca de una tarea que comienza cuando observan a una persona sobre el puente con intenciones de quitarse la vida. En ese instante se activa un protocolo que también acompaña la Gendarmería Nacional. Luego esa persona es llevada a un centro de salud mental, lugar que realiza un seguimiento que les permite abrazar cada caso y brindar contención.
“Creemos que es Dios el que nos guía y que quiere hablar con la persona”, dijo al mencionar la entrega de panfletos con frases bíblicas que –en ese instante- recobran un significado especial porque terminan por ser el punto de partida para una conversación que –por lo general- desnuda las complicaciones por cuestiones económicas, familiares o matrimoniales.
Rocío cuenta además que su tarea no finaliza en el puente. La misión de estos ángeles trasciende aquellos límites porque ya cuentan con un equipo de rehabilitación que ayuda a tratar los casos de adicciones, pero también cuentan con una escuela de música o emprendedores que enseñan manufactura u oficios. Todo con la intención de cambiar la mirada sobre el puente General Manuel Belgrano para que pase a ser un espacio de vida.
*Ante una situación de riesgo, pueden comunicarse con la línea 135 de Prevención del Suicidio – Ayuda a Personas en Crisis (gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires), o a los teléfonos (011) 5275-1135 o 0800-345-1435 (desde todo el país).
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