La crisis generalizada que provocó el desabastecimiento de neumáticos le ofreció una nueva oportunidad a las tradicionales gomerías de barrio, lugar al que acuden los conductores preocupados por no poder continuar usando sus automóviles.
En el barrio El Mallín, Gastón se encuentra en plena tarea a pedido de un cliente. “La plata no alcanza así que hay que buscarle la vuelta para reparar y que la gente pueda seguir laburando”, explicó en conversación con Noticiero Seis acerca del principal pedido de quienes llegan hasta su gomería.
Gastón reconoció que los valores de un neumático nuevo están “muy altos” y que, sumado a que la plata no alcanza, todos los días se busca una alternativa para no detener el movimiento de un vehículo. Aun así hay ocasiones en las que tiene que dar la peor noticia: avisar que será imposible seguir con el arreglo y dar paso a la compra de una cubierta nueva con todo lo que ello significa.
“Está complicado para engomar, están saladitas”, agregó acerca de los precios de lista que se pueden encontrar en cualquier casa de venta y donde una sola cubierta puede superar los 70.000 pesos holgadamente para un auto de calle.
En ese marco es que asoma una vieja técnica de los gomeros: el vulcanizado de las cubiertas. A través de ese trabajo se reciclan los neumáticos y se los vuelve a la vida con una nueva franja de rodamientos. “Antes la gente directamente cambiaba los neumáticos”, confió sobre las costumbres que se van perdiendo.
Sin embargo la crisis general también alcanza a Gastón. Es que si bien aumentó el trabajo en las gomerías de barrio los insumos aumentan sus valores todos los meses obligando a cambiar las tarifas periódicamente.
Poco margen
A pesar de que los problemas se aceleraron en los últimos meses, Valeria Imaz (Bifrost Neumáticos), aseguró que la falta de neumáticos afecta a los comercios de ese rubro hace dos años. Explicó que las restricciones a la importación y la falta de capacidad de las empresas radicadas en el país para cubrir la demanda hacían prever una situación como la actual.
“El problema es que cierran las importaciones y si dejamos de fabricar los neumáticos la situación se hace insostenible”, agregó sobre un contexto en el que también escasean los insumos para las fábricas.
Para Valeria el invierno fue una época especialmente difícil. Es que hace dos años los importadores decidieron reducir el número de neumáticos especiales para temporadas de baja temperatura. “Como tienen menor cupo, prefieren usarlo en mercados más productivos como la Capital”, dijo sobre la preferencia por cubiertas para agua o suelo seco. Ante esa situación solo les quedó apelar al stock de las distribuidoras o algunas cubiertas de origen chino.
Los precios también complican la operatoria local. A modo de ejemplo dijo que en un solo día de agosto registraron un 5% de aumento por la mañana, un 10% en pleno mediodía y otro 5% antes de cerrar la tarde. “No sabés como manejarte”, lamentó.
“A la gente le cuesta mucho comprar sus neumáticos, los sueldos no están acordes al valor de nada”, analizó y advirtió acerca de los peligros por delante si se tiene en cuenta que los neumáticos en buenas condiciones ayudar a doblar correctamente y frenar cuando se lo requiere.
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