La salud y la seguridad vial en personas de edad avanzada

Columnistas

En esta nueva entrega, quiero que hablemos de nuestros conductores adultos mayores. ¿Sabías que según las frías estadísticas un total de 7489 personas mayores de 65 años murieron como consecuencias de accidentes de tránsito en el año 2021?

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(Por Néstor Vidal) - Estadísticamente la mortalidad debida al atropello es mayor a partir de los 60 años, mientras que el número de conductores fallecidos en accidente de tráfico alcanza un máximo entre los 20 y 35 años, para descender considerablemente con el aumento de la edad.

Pero las personas de edad avanzada tienen más probabilidades de fallecer en caso de accidente, y si se incluyen los peatones, los accidentes de tráfico de estas personas mayores constituyen la segunda causa más frecuente de ingreso en los servicios de urgencias.

CONDICIONES MÉDICAS

Una persona de edad avanzada puede padecer varias enfermedades que actúan entre sí y determinan situaciones de salud complejas.

Los trastornos cardiovasculares implican un mayor riesgo de accidentes de tránsito, al igual que el consumo de alcohol infravalorado en la persona de edad avanzada, el síndrome de apnea del sueño, el consumo de medicamentos como benzodiacepinas, hipnóticos, ansiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos, antihistamínicos, hipoglucemiantes, etc.

El elemento cognitivo más importante en un conductor de edad avanzada para valorar si puede o no continuar conduciendo, es el propio juicio de su capacidad para conducir. Un juicio poco realista en personas mayores que no conducen con seguridad, el rechazo a aceptar una restricción como la conducción con un acompañante, o la imposibilidad para diseñar un plan en caso de perderse conduciendo, sugieren que la capacidad de manejo es dudosa.

Hay que estar seguros de que el conductor de edad avanzada es consciente de sus capacidades reales, especialmente en lo que se refiere a vista, audición, vigilancia y reflejos.

Tanto los trastornos de ansiedad como del sueño producen en la persona de edad avanzada una importante disminución de su capacidad psicomotora, que limita su aptitud para conducir.

Son frecuentes y muy importantes las reacciones adversas de muchos medicamentos caracterizadas por alteración de la visión, cefalea, somnolencia, vértigos, sedación, etc., que perturban necesariamente la capacidad de conducir, y a las que el conductor de edad avanzada es más sensible.

Los psicofármacos tienen efectos nocivos sobre la función psicomotora, como sucede con analgésicos, narcóticos, antiepilépticos, relajantes musculares, antihistamínicos y anticolinérgicos.

La demencia leve permite llevar una vida social y familiar aparentemente normal, pero puede interferir gravemente en la capacidad para conducir automóviles.

La patología cerebral asociada al envejecimiento se relaciona con un riesgo superior de fallecer en accidente de tráfico.

CONSEJOS

  • Es imprescindible evaluar la salud del conductor mayor para establecer con criterios clínicos y científicos la posibilidad real de conducir. Para ello, es necesario conocer su capacidad funcional, las posibles enfermedades como hipertensión, arteriosclerosis, cardiopatía isquémica, ictus, osteoporosis, diabetes, demencia, los fármacos que toma, la capacidad cognitiva y psicológica, su estado de ánimo y su integración social.
  • El médico debe informar al anciano y a sus familiares de los riesgos en la conducción de cada caso particular, y desaconsejarla cuando sea necesario por su seguridad y la de todos. -

Este profesional es integrante de -CIFTT (Centro de Investigación Forense y Tecnología del Tránsito) – en alianza con SCI –(Servicios Criminalísticos Inteligencia Colombia)- y mi intención es a través de estos artículos concientizar, reforzar conocimientos y aportar técnicas de la conducción preventiva y segura en las calles, rutas de mi ciudad, la provincia y la nación

24 noviembre, 2024
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