La familia real de los Países Bajos arribó al país hace unos días para instalarse en Pilpilcura, una lujosa mansión emplazada a orillas del río Pichileufú, en la precordillera rionegrina. La estancia, que cuenta con un predio de 3 mil hectáreas, es propiedad de Máxima Zorreguieta y sus hermanos desde el año 2009. Según relata el libro Máxima, la construcción de una reina, la residencia fue restaurada en 2018 bajo la supervisión directa de la Reina, quien cuidó cada detalle del diseño.
La casa principal, de mil metros cuadrados, ofrece cinco habitaciones decoradas con madera nativa, tejidos artesanales y terrazas privadas con vistas. La combinación de elegancia europea con elementos locales crea un ambiente cálido y sofisticado. Los ventanales, diseñados para maximizar la luz natural, enmarcan paisajes espectaculares, mientras que las suites principales incluyen tapices importados de Holanda, un toque personal de la Reina.
Pilpilcura también se distingue por sus servicios exclusivos que rivalizan con los mejores resorts de Europa. Entre ellos destacan un spa con tratamientos personalizados, un gimnasio equipado con tecnología de última generación y una pileta climatizada con vista al lago. Una de las joyas del lugar es su área de wellness, que fusiona técnicas de hidroterapia holandesa con hierbas locales, creando una experiencia única para los visitantes.
La estancia también ofrece actividades al aire libre como cabalgatas y excursiones guiadas, además de una propuesta gastronómica que incluye platos de la cocina argentina e internacional. Este equilibrio entre lujo, privacidad y contacto con la naturaleza ha hecho que Pilpilcura sea uno de los destinos favoritos de la familia real.
Según informó el diario Clarín, la familia real permanecería en la estancia hasta mediados de enero. Medios locales también anticiparon que Carmen Cerrutti, madre de Máxima, podría sumarse a las celebraciones de Año Nuevo junto a ellos.