“Desde que tenía 8 años mí viejo Juan Carlos Mazzola, pionero del buceo en Bariloche, me contaba sobre la tragedia del Helvecia. Siempre que teníamos un ratito para meternos a bucear buscábamos el vapor. Por eso siempre fue mi sueño contar la historia de este vapor que desapareció y nunca nadie encontró”, relató Nicolás a Radio Seis.
Agregó que recién tras la muerte de su papá en 2017 y luego de recibirse como licenciado en Realización e Investigación Audiovisual de la Universidad Nacional de la Plata, volvió a Bariloche para “empezar hacer una búsqueda metódica y reconstruir la historia del Helvecia”.
“En esta reconstrucción me junté con un amigo de mí viejo, Pablo Sigüenza, y se sumó un chico explorador cordobés (Lucas Bonfanti) que quería buscar el naufragio, y es así que un sueño que tuve de chico se fue materializando”, expresó.
Entre las muchas inmersiones que hicieron con Pablo con equipos de imagen de la Universidad del Comahue, “hubo una vez que vimos una ‘imagen fantasma’. Una mala recepción del muestreo del fondo”.
Allí empezó a participar del proyecto el Conicet, que tenía relevamientos del lago y dieron con “una fotografía del fondo lacustre con varias anomalías (protuberancias distintas al fondo).
“Con la ayuda de Pancora Robótica (empresa de tecnología de cámaras y robots para sumergir) salimos a rastrillar el fondo. Y fue ahí donde tuvimos la grata noticia de encontrarlo.
“El Conicet nos dio datos sobre las anomalías, una foto con un cuadrante donde había distintas anomalías unas más profundas y otras a menor profundidad. Con Lucas Bonfanti y el arquitecto Rubén Mattiacci, hicimos una fotometría de las imágenes que teníamos y sacamos las dimensiones aproximadas. Eso nos permitió rastrillar y precisar el lugar”, sostuvo.
Agregó que luego a el hallazgo, el científico de Conicet Gustavo Villarosa y Débora Being, les pidieron que les facilitaran una bajada al lago para pasar por donde está el naufragio y ahí fue que ellos hacen esta imagen. Posterior a nuestro hallazgo”.
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