Una familia de Dina Huapi resulta victimizada por segunda vez tras sufrir un importante robo en su casa, y estar en el medio de oscuras versiones posteriores.
“Ocurrió el viernes 28. Yo estaba en el centro y mi mujer volvió a la casa y se encontró la puerta abierta, entonces se asustó y llamó a la policía. Entraron ellos y encontraron el desastre que dejan los ladrones en estos casos, cosas de los chicos por todos lados, cosas rotas. Llegué al rato y tranté de tranquilizar a los chicos mientras hacía los tramites de la denuncia”, relató el padre de la familia.
Entre los valores robados había un televisor grande, otros elementos y, lo que fue centro de las versiones, cuatro armas importantes, ya que el hombre es aficionado al tiro deportivo e instructor de tiro. No es cazador, ni las tenía por otro motivo.
Describió al programa Engranaje de Radio Seis que se trataba de dos armas de puño, una .45 mm y otra .9 mm, esta segunda similar a las de uso de la policía. Además, una escopeta y un fusil.
Después de la denuncia policial concurrió a la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ex Renar), para informar el robo de las armas.
Luego de hecha la denuncia y entregados los videos a las autoridades, las imágenes comenzaron a circular por las redes sociales de Dina Huapi, mostrando los rostros de los ladrones entrando a su casa, con todo tipo de comentarios.
En algunos de ellos, se mencionó que el origen de las armas era oscuro, sugerían que tenía un arsenal y otras mentiras.
Algunos posteos hablaban de una interna de la policia e incluso se mencionaban fotos en donde supuestamente se ve a los delincuentes reunidos en algún lugar oficial con personal penitenciario.
“Es obvio que el origen de las armas es legal, lícitas las razones de la tenencia. No es lo mismo con esas armas ahora en la calle, son un peligro. Cuando salieron estos rumores con imágenes de mi casa nos asustamos, ya es muy fea la sensación de entrar a tu casa robada, y esto es espantoso, no tenemos nada que ver. Queda una sensación muy fea, te dan ganas de irte lejos. Mi señora no quiere salir de la casa. Uno se siente muy desprotegido”, contó.
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