Entrar a la Expo Lego en Dina Huapi este sábado 2 de noviembre fue entrar a un mundo de fantasía y creatividad, también a un mundo de innovaciones que fluye con el tiempo. Fundada a principios de la década del 30 del siglo pasado, en Dinamarca, la familia fundadora y sus herederos supieron adaptarse a los tiempos. Mis Lego no eran exactamente los mismos que los de mis hijos ya que a medida que fue cambiando el mundo cambiaron las representaciones sociales y la imaginación de las nuevas generaciones.
Eso se pudo apreciar en la muestra de este fin de semana en Dina Huapi en la que más de treinta expositores exponían desde clásicos modelos tradicionales de casas, castillos, trenes y parques arbolados hasta naves futuristas de la guerra de las galaxias y batallas y castillos de la saga del Señor de los Anillos. Tal vez lo más caro a nuestros sentimientos fue ver el modelo a escala del rompehielos Almirante Irizar.
Entre máquinas futuristas, automóviles y máquinas también se destacaban el edificio que llevaba el año 1891 en su portal, traído por los integrantes del Club Lego Concepción de Chile, y una maqueta urbana futurista de Dina Huapi con estación y aeropuerto. Entre una multitud de niños, niñas y adultos que visitaba la muestra y esperaba en la puerta para ingresar pudimos hablar brevemente con uno de los organizadores.
Mauricio Bisellach, organizador y coleccionista de Lego desde hace 48 años, cuenta que “estas exposiciones se hacen regularmente en todo el mundo y son a veces diez veces más grandes que esta. Yo estuve en muchas en Europa, Buenos Aires y también en Chile donde se hacen regularmente. ¿Porque no hacerlas en Dina Huapi?” pensé, “ya que los primeros pobladores de origen europeo de Dina Huapi eran daneses y Lego es danés. Nunca pensé que íbamos a ser más de 30 expositores, 18 profesionales y 13 juveniles. Yo calculo que vendrán unas 3000 personas, para Dina Huapies una gran cantidad de gente. Yo soy coleccionista desde hace muchos años y fui comprando piezas nuevas y usadas por el valor que tienen. El 80% de mi colección es usada".
Agregó que le gusta armar cosas grandes. "Y ahí está el Irizar. Yo tengo un especial aprecio por las campañas antárticas. Los amigos de Chile hicieron el rompehielos de ellos en una escala más chica que vi en mayo y me entusiasmé. De todos los proyectos grandes que he hecho fue el más desafiante ya que cuando uno hace un modelo que es real tiene que respetar las proporciones. Esto requiere todo un estudio de planos, fotos, video y demás. Me llevó cuatro meses".
"Este otro barco más grande, como es de fantasía, me tomo sólo un mes y medio. Después de estas exposiciones los modelos se desarman. La gracia de los Lego es justamente eso, desarmar y volver a armar", expresó.
En la muestra participaron argentinos de distintos lugares, una brasilera, chilenos de la ciudad de Concepción y una norteamericana. "Esperemos que la próxima vez podamos tener más días", señaló.
Entrevista y fotos Hans Schulz
Crónicas Bariloche2000
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