Entre los fundamentos, Frugoni denuncia que en junio pasado, la actual conducción del PAMI decidió realizar un ajuste en el listado de medicamentos con cobertura al 100% en su vademécum, eliminando 11 de las 167 moléculas farmacológicas que estaban incluidas originalmente. Y, a mediados del mes de agosto, recortó otras 44 moléculas del listado.
De esta manera, la canasta de medicamentos, que antes incluía casi 3.000 productos derivados de las 167 moléculas cubiertas por el plan Vivir Mejor a principios de año, ahora se redujo a 2.000 correspondientes a los 109 principios activos que siguen contando con cobertura.
A estas medidas, se suman otras decisiones del gobierno nacional como la reducción en la cantidad de “cajitas” de medicamentos sin cargo a las que tienen derecho los jubilados, que pasó de seis a cinco al mes. Y el DNU presidencial 70 que dispuso la “venta libre” de varios medicamentos, muchos de ellos de uso constante, provocando que dejen de ser cubiertos por las obras sociales y prepagas.
El parlamentario también manifestó que desde la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Cilfa), indicaron que el PAMI se encuentra en un proceso de eliminación de la cobertura al 100% para los medicamentos considerados “de uso agudo”, los que ahora tendrán el descuento que históricamente se aplicaba en el convenio, que puede ser del 50%, 60% o 80%.
“Si a estos datos le agregamos que casi el 60% de los 7.799.063 de jubilados y pensionados beneficiarios de la ANSeS actuales, es decir 4.679.437 de ciudadanos, cobran el haber mínimo, se puede tener una dimensión del problema que genera este brutal ajuste que aplicó el gobierno en la cobertura de medicamentos de PAMI, muchos de los cuales están destinados a mitigar enfermedades crónicas”, resaltó Frugoni.
Asimismo, mostró su preocupación por el alto porcentaje de jubilados y pensionados que cobran la jubilación mínima ($329.603 incluyendo el bono de $70.000 a diciembre de 2024), que sufren dolencias que se mitigan o evitan que se agraven con medicación con valores que parten de los 250.000 pesos. En muchos casos requieren adquirir 3 o 4 de esos envases. “Las cuentas, son fáciles de sacar para determinar la imposibilidad que muchos tienen de poder contar con su medicación”, sentenció.
Por último, el legislador hizo hincapié en el lamentable resultado de esta medida. “Para un enfermo no es posible dejar de tomar medicamentos recetados, ni bajar las dosis o la frecuencia de toma. Estas decisiones provocan que los adultos mayores invisibilizados por el gobierno nacional, discontinúen sus tratamientos u opten entre comer y pagar servicios o acceder a las medicinas que necesitan. Lo obvio de estas medidas son la crueldad y el desprecio hacia una de las franjas más vulnerables de la sociedad.”
*Imagen ilustrativa de archivo
Comentar