En marzo de 2022 Vanesa Cáceres ingresó embarazada, para internarse y tener a su bebé en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, acompañada por su marido y sus otros dos hijos chiquitos. Por la misma puerta salieron después, desgarrados por la muerte del recién nacido.
“Al principio, todo era dolor y resignación, pensamos que era una fatalidad. Pero después en agosto nos enteramos de esto por los diarios, y lo que ya era terrible y doloroso, fue aún más trágico. Tuvimos que revertir la historia y ver que es algo tan macabro como el asesinato de bebés”, relató Vanesa al programa Engranaje de Radio Seis.
La historia tétrica es conocida. Hay varios imputados por los homicidios, entre ellos un ex ministro, el ex director del hospital, una enfermera y otras personas. De un total de ocho bebés intoxicados con la administración de potasio, tres sobrevivieron. Días atrás comenzó el juicio con el relato desgarrador de una madre y el indiferente de algunos acusados, y cinco familias entraron en un trance penoso y estremecedor.
“Es un proceso muy doloroso. Estuvimos más de dos años y medio, ahora llega el juicio, nos encontramos con cosas y testimonios duros. Pero tenemos que afrontar esto, en la búsqueda de justicia. Remover esto constantemente, desde que nos enteramos, todo este tiempo es doloroso, debemos revivir las cosas. Para otros es un relato nomás. Para nosotros todo el recuerdo de nuestros hijos, es muy complicado”, narró Vanesa.
Agregó que “la muerte de un hijo es lo peor que nos puede pasar en la vida y comenzamos con la resignación. Pero cuando conocimos qué había pasado, que éramos parte de esta tragedia, el sentimiento se transformó en impotencia y bronca, porque vamos a tener este dolor de por vida”.
Contó que Francisco era el tercero de sus hijos, hermano de un nene que ahora tiene 12 y una chica de 18. “Teníamos que levantarnos y salir adelante con nuestros dos hijos, con mucho amor, esfuerzo, dejar de lado el duelo para salir a luchar. Eso es muy complicado, necesitamos que esto pase para tener el duelo de nuestro hijo. Estamos todos los días en un mundo desconocido, en tribunales, con abogados, medios, todo lo que nunca esperamos”, siguió.
“Es inevitable que estas cosas pasen. A veces escuchamos un relato y revivimos las imágenes que habíamos tenido, es sumamente doloroso, para toda la familia y para todas las familias. Sentimos que nuestros hijos no merecían esto y nos paramos en esta lucha sólo para saber la verdad. Parece algo simple, parece algo lógico, pero nosotros debimos reconstruir la historia, qué dijeron, qué callaron, cómo sucedieron las cosas. Nos unimos entre todas las familias. Hoy declaraba una mamá y fuimos todos para darnos apoyo”, describió.
Vanesa compartió muchas vivencias desgarradoras. Como su nueva vida en un ámbito de personas que perdieron hijos en distintas circunstancias. “Sólo ellos entienden lo que pasa”, dijo.
Y la necesaria unión entre madres: “algunas hemos enterrado a nuestros hijos juntas y nos hemos encontrado yendo al Cementerio juntas”, explicó.
“Las esperanzas truncas, lo que pensábamos hacer con nuestros hijos. Ha sido proceso muy complicado y lo sigue siendo. Nuestros hijos que están, también se vieron obligados a este ritmo, ir a tribunales o tener reuniones. Ellos tampoco pueden salir de esto”, señaló.
La madre reconoció que padece sentimientos extremos de enojo con los responsables de la tragedia, aunque trata de no “enceguecerse” y escuchar atentamente lo que declaran a veces.
También que debió afrentar el sentimiento de desconfianza cada vez que va al médico con alguno de sus hijos. “Nos robaron la confianza. Entramos al hospital pensando que saldríamos con nuestros hijos y nos tocó esto tan duro”, describió.
“Estoy todo el tiempo pendiente, en alerta permanente, no me pasaba antes, siento una desconfianza extrema”, confió, y afirmó: “para el perdón es muy pronto”.
“Nos sentimos muy vulnerables. Esto fue un shock muy fuerte. A veces parece que vivimos una película de terror. Uno quisiera no tener estos sentimientos malos, pero es imposible”, señaló.
Transitando el drama con los dos chicos, para Vanesa es aún más difícil. “A la más grande la dejaron pasar a conocer a su hermano, pero al chiquito no. Él hoy sabe que no pudo ver a su hermanito y que será así durante toda su vida”, agregó.
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