(Bariloche2000) - El sindicalismo argentino vuelve a ser escenario de tensiones internas y movimientos estratégicos. Tras la renuncia de Pablo Moyano a su cargo como Co-Secretario General de la CGT, Rodolfo Aguiar, líder de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), no solo respaldó públicamente su decisión, sino que lanzó un pedido de unidad para conformar un frente sindical de resistencia.
Desde su cuenta en la red social X, Aguiar expresó: «La decisión de Pablo Moyano es para destacar y sin lugar a dudas contribuye a despejar aún más el camino para la conformación de un frente sindical de resistencia que permita frenar las políticas de entrega del gobierno de Javier Milei». En su mensaje, también advirtió a los sectores dialoguistas del sindicalismo y la política: «Después de la Ley de Bases y de la reforma laboral no hay nada para dialogar. ¡Es momento de confrontar para ganar!».
La propuesta de Aguiar se produce en un contexto de creciente división dentro del sindicalismo argentino, marcado por el avance de reformas estructurales impulsadas por el gobierno de Javier Milei. La Ley de Bases y el capítulo sindical de la reforma laboral generan tensiones en la CGT, donde el ala dialoguista, liderada por figuras como Gerardo Martínez (UOCRA), opta por la negociación, mientras que sectores críticos, encabezados por Moyano y otros dirigentes, reclaman medidas más contundentes.
La renuncia de Moyano, formalizada a través de una breve nota al Consejo Directivo de la CGT, evidencia estas diferencias. Durante los últimos meses, el líder camionero insistió en la necesidad de un plan de lucha contra las políticas del gobierno, pero la postura dialoguista prevaleció, descartándose incluso la convocatoria a un nuevo paro nacional.
El pedido de Aguiar de formar un frente sindical opositor revive estrategias similares a las del sindicalismo anti-neoliberal de los años 90, cuando referentes como Hugo Moyano, padre de Pablo, lideraron una resistencia a las políticas económicas de Carlos Menem. En aquel entonces, la fractura sindical dio lugar a la formación de bloques opositores que confrontaron las reformas estructurales.
Con Javier Milei en el poder y una agenda que busca avanzar en privatizaciones, flexibilización laboral y ajustes fiscales, el sindicalismo argentino enfrenta desafíos similares. La pregunta ahora es si el llamado de Aguiar logrará aglutinar a los sectores más combativos del movimiento obrero en un frente común, capaz de frenar las políticas que el líder de ATE describe como “entrega”.
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