(Bariloche2000) - El 6 de enero de 2012, Juan Higuera Catalán salió a realizar trabajos de jardinería en un barrio cerrado del oeste de Bariloche. Ese día, su rastro se perdió por completo. Tenía 50 años y desde entonces, su paradero es desconocido, a pesar de las investigaciones y esfuerzos realizados.
Teresa Higuera, su madre de 92 años, viajó desde Chile a Bariloche para pasar las fiestas junto a su familia, pero también para continuar su búsqueda. En una entrevista con Engranaje de Radio Seis, expresó: “Siempre con las ilusiones de saber algo de mi hijo. Van a ser 13 años, siempre con las esperanzas mirando por la carretera a ver si lo puedo ver por ahí, pero nunca hay una luz”.
La última vez que Teresa y Juan estuvieron juntos fue durante las fiestas de 2011. “En Navidad recuerdo mucho la última vez que la pasamos juntos. Ese año que él se perdió, pasé Navidad y Año Nuevo con él. Lo pasamos muy lindo, muy unida toda la familia. Me fui el 4 de enero y el 6 se perdió él. Me fue a dejar al bus, íbamos conversando, él haciendo sus planes y de repente me llegó la noticia de que había desaparecido”, recordó con emoción.
La investigación apuntó inicialmente a Roberto Ángel, quien habría sido la última persona en verlo con vida, y a Mirta Cotaro, con quien Juan mantenía un conflicto laboral. Sin embargo, las pesquisas no arrojaron resultados concretos. En 2014, surgieron datos que indicaban que el cuerpo de Juan podría estar en el sector del cerro Campanario, pero la búsqueda no tuvo resultados positivos.
En 2016, el gobierno provincial ofreció una recompensa de 200 mil pesos para quienes brindaran información certera sobre el caso, monto que se elevó a un millón en 2017. Sin embargo, según Teresa, “sólo hubo llamados engañosos y con mentiras”.
Teresa no pierde la fe, a pesar del tiempo y los desafíos. “Yo no voy a renunciar ni dejar de buscar a mi hijo. Yo vivo con esa sed de buscarlo, porque quiero saber de él”, afirmó. También manifestó su intención de reunirse con fuerzas de seguridad y abogados para insistir en el caso.
“Dios me da la vida y la salud y yo, pudiendo venir, voy a venir. Pido a Dios que me dé una luz pronto, para saber de mi hijo y que llegue pronto”, concluyó con la esperanza intacta.
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