"Volamos hace 35 años en la zona y en el Otto, es un lugar páctico, cómodo, lindo y cuando asumió el actual gerente empezaron los problemas, hace unos 20 años", expresó Federico De la Mano, instructor de Parapente, en diálogo con Radio Seis. Comentó que anteriormente subían en góndola.
Además señaló que gracias a un privado consiguieron un terreno vecino a la Fundación en la cima para poder despegar y "a raíz de ahí empezó un tira y afloje con el tema del aterrizaje". Recordó que hubo unos años que usaban otro, lindero a Los Globlos, el club del Prado, "pero la ciudad crece, se va loteando todo y no queda espacio para aterrizar, salvo el predio de Furman y Pioneros".
Manifestó que el año pasadao se logró que se declare el espacio como espacio oficial para parapentes, por ordenanza, pero lamentó el incidente de hace unos días que generó nuevos problemas.
Ante la consulta comentó que "nadie de parapente he visto que rompiera un cartel", respecto a las señales que se instalaron en el predio para prohibir parapentes y caballos.
Respecto a las declaaraciones de que el lugar es inadecuado, dijo que "todo es relativo, en el mundo casi todos los aterizajes conviven con áreas urbanas, se vuela en áreas agrestes porque los despegues están en las cimas de la montaña y el parapentista quiere ir alto y lejos, va buscando el aire ascendente, pero generalmente los aterrizajes pueden estar cerca de áreas urbanas".
Mencionó distintos lugres donde ocurre esto, que aterrizan en el medio o cerca de zonas urbanas y señaló que hay accidentes o incidentes como en todas las actividades humanas, pero el índice es bajo y se trata de mejorar, con capacitación, diálogo, regulación y mejorando el lugar, y "eso es lo que tratmos de hacer, por ejemplo, el tema de enterrar los cables periféricos al teleférico daría mayor margen de seguridad y amplía el espacio".
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